
Las personas a veces son luces, a veces son sombras.
Las luces a veces son luciérnagas, las sombras generalmente son viejos dolores.
Los tiempos a veces no son los mismos, ni lo son los sueños.
Algunos sueñan con comer serpientes, otros se sienten devorados por una estrella.
En esencia, todos somos flores.
Importa el instante que pasaste conmigo. Aunque ya no exista. Aunque no existamos más.
Nat
Me gusta ser una flor, aunque hoy esté marchita...
ResponderEliminarMarchita y todo, la flor conserva su encanto. No lo olvides. Y siempre puede volver a reverdecer.
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