
En ocasiones recurro a una pequeña muerte de palabras.
En ocasiones siento unas incontenibles ganas de llorar. Pero no lloro.
Aprieto fuerte las muelas, me muerdo las ganas, a sabiendas de que ganará el dolor.
Me llama el fuego, me aplasta el cielo y se me escapa la noche...
...y sigo encadenada a este hostil encanto entre madrugada y luz.
Nat
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